Hoy en día, dentro del contexto económio, político y social actual, es muy humano y razonable dejarse llevar por un estado de negatividad permanente. El problema es que concentrarse y recrearse en los aspectos negativos de las cosas no contribuye en absoluto a la búsqueda de la solución de nuestros problemas.
A pesar de las condiciones adversas, pienso que –ahora más que nunca- en las empresas es necesario realizar una gestión con sentido positivo. Hace tiempo vi un reportaje de Francisco Martín Frías, presidente de MRW, donde confesaba que una de las condiciones que pedía a su departamento de recursos humanos, a la hora de reclutar personal, era que contratasen a gente aparentemente “feliz”, ya que este tipo de personas son mucho más productivas y creativas, debido a su sentido positivo.
Trabajar en esta dirección, en vez de dejarse llevar, induce a una mayor implicación de todos los colaboradores de la compañía y, por consiguiente, una mayor eficiencia de los procesos, tan necesaria actualmente. Está demostrado que convivir en una espiral permanente de negatividad mata la productividad y creatividad, enrareciendo el clima laboral.
Buscar el lado positivo o negativo de cada cosa es una opción personal y libre a adoptar. La elección de una u otra alternativa depende de la actitud de cada uno. De todas las circunstancias de la vida, por adversas y duras que sean, siempre se puede sacar algo constructivo.
Dentro de esta política necesaria hacia lo positivo, los jefes son actores principales y deberían tener como misión regular el ambiente de trabajo, neutralizando los posibles brotes depresivos, fácilmente contagiables por el ambiente actual; político, social y económico.
Existen tres planes de acción concretos que Los responsables de las empresas pueden adoptar, para cumplir el objetivo anteriormente descrito.
- Acentuar lado positivo de las cosas
- No quejarse
- Demostrar un aprecio sincero a nuestros colaboradores
Estoy deacuerdo contigo, Carlos. Lamentablemente, los directivos, a veces, no cuidamos el ambiente de trabajo; y este descuido, a la larga, nos pasa una factura demasiado cara.
Un abrazo,
José Antonio
Sin duda cada post una nueva lección, a cual mejor. Te felicito José Antonio.
Relativo a este último, no podría estar más de acuerdo: La actitud lo es todo en ocasiones, por no decir siempre, opino incluso por encima de la propia aptitud del individuo.
Automotivación y una buena sonrisa verdadera, dos armas infalibles para que cada día, tanto en lo laboral, como en lo personal, se conviertan en un éxito tras otro.
Mucho ánimo y a por el siguiente post que seguro será tan interesante, o más, que los anteriores.
Un saludo.
Muchas gracias por el coment, Rubén.
Celebro que te guste,
Saludos,,
José Antonio