Supongo que a vosotros también os pasa, exceptuendo algún caso aislado no conozco una sola empresa dentro de mi entorno profesional que durante los últimos tres años no haya reducido su plantilla, o bien los salarios. La crisis económica, y en mi sector el exceso de capacidad de producción, está obligando a los gestores y empresarios a reducir su estructura para que –ya con menores costes– pueda hacer frente a la complicadísima situación actual.
La realidad en el día a día es que, con menos personas, hay que hacer frente a la misma carga de trabajo (o incluso mayor) que se realizaba en el pasado, con la cosiguiente sobrecarga para los que se quedan en la organización.
Creo que la única manera de conseguir hacer frente a la demanda de tareas actuales se consigue de dos únicas formas; por un lado, trabajar más prolongadamente (en este asunto no hay nada que decir, tan sólo es un tema de horas dedicadas) y, por otro, trabajar más inteligentemente, lo que supone mejorar nuestros procesos internos y aumentar el rendimiento de nuestros equipos de trabajo. Resumiento, consiste en aplicar la receta que hace un par de años nos prescribía Juan Roig (presidente de Mercadona); «Trabajar más y mejor».
Cuanto se trata de trabajar «mejor» se cumple la ley del monte Everest que dice; a medida que el desafío crece, aumenta la necesidad de mejorar el trabajo en equipo.
Existen tres aspectos muy importantes que –en mi opinión– ayudan a potenciar el rendimiento de nuestros equipos de trabajo, y en los que jefes y mandos intermedios son actores principales;
- Asumir una misión,
- Comunicarse de forma fluida
- Conseguir un compromiso por parte de todos los miembros del grupo
Estos son aspectos “críticos” para que los equipos de trabajo tengan un alto rendimiento; significa que cuando estas tres características se cumplen, el rendimiento se potencia enormemente y, sin embargo, cuando fallan ocurre justo lo contrario, con el consecuente detrimento para los intereses de la empresa.
Ahora más que nunca, y por necesidad, nuestros equipos de trabajo tienen que estar más compenetrados y trabajar más intensamente. “Todos tenernos que remar fuerte, al ritmo y en la misma dirección”.