Desde la óptica del Lean todas las tareas que podemos hacer en una empresa atienden a dos naturalezas concretas; o aportan valor o son desperdicio (Muda en japonés)
Entendemos por Valor, aquello por lo que el cliente está dispuesto a pagara dinero
Por lo tanto,
Todo lo que no aporta valor es desperdicio (Muda) y tiene que ser eliminado de nuestro proceso
También es verdad que hay ciertas operaciones que no aportan valor a los ojos del cliente pero que son necesarias, por ejemplo el mantenimiento, y por lo tanto deben ser optimizados al máximo
No debemos confundir valor añadido (término contable) con valor percibido por los clientes. a veces estamos aplicando unos costes a un producto (valor añadido) que el cliente no está dispuesto a pagar, o sea estamos incurriendo en desperdicio
Existen 7 tipologías de desperdicio:
1. Productos defectuosos
2. Exceso de inventario
3. Procesado
4. Esperas
5. Movimientos
6. Transportes
7. Sobreproducción
El Nuevo paradigma de la mejora continua
Esto es tan viejo como la vida misma pero, si que es vedad que desde la óptica del la mejora continua en la empresa, supone un nuevo enfoque.
En el momento que asimilamos el concepto de Muda nos cambia el paradigma de la mejora
En el enfoque convencional podemos mejorar aquello que aporta valor (véase infografía arriba), como por ejemplo aumentar la productividad, pero a partir de ahora,
Si, además de mejorar los procesos que aportan valor, enfocamos nuestros esfuerzos en reducir también las Mudas (desperdicios) el efecto de mejora será mucho mayor
Una de la mejores prácticas que pueden hacer los Lean Leaders es entrenar a las personas de la empresa para que comiencen a detectar los desperdicios en sus entornos de trabajo
Para facilitarles esta tarea les he colgado un para de Visuals por si les interesa utilizarlos como herramienta a modo de recordatorio
Por último hacer una consideración