Este es un recordatorio que uso frecuentemente con mis colaboradores cuando detecto cierta resistencia sobre algún cambio que les planteo. Creo que es una cita del Doctor Deming quien, en esta aseveración, relaciona directamente la supervivencia con las ganas de innovar y de mejorar los procesos.
En el fondo es lógico que cuando a algún responsable de un departamento se le plantee cambiar algo se ponga a la defensiva. Si ya de por sí tienen muchos problemas, sacarles de su zona de comodidad para que exploren nuevas maneras de hacer las cosas (materias primas, nuevos métodos, controles adicionales) es complicarles la vida al cuadrado.
Otra de las razones por las que también se resisten es por el miedo al fracaso. A nadie le gusta equivocarse, sobre todo en España donde tenemos un sentido del ridículo hipersensible y preferimos renunciar a la mejora por no ser el blanco de las críticas y los juicios de otros colegas.
La realidad es que el equivocarse es un excelente método de aprendizaje, aunque a veces escueza. Muchísimos éxitos empreasiales están fundamentados en rotundos fracasos. Yo, personalemente, acabo de incorporar en este último mes a mi Proceso Core una mejora brutal como consecuencia de una queja importante de un cliente. Ya lo dice uno de los principios de la PNL; los fracasos no existen, sólo desviaciones sobre los resultados esperados.
Lo verdaderamente importante es convencernos que si no hacemos los cambios nosotros lo va a realizar nuestra compentencia, y si éstos son exitosos van a obtener una mejora competiva sobre nuestra empresa.
En definitva, el cambio, auque sea incómodo, es necesario y muy saludable.
Gracias por tu comentario, Carlos